Feels like I’m dreaming
But I’m not sleeping.

De repente, el cielo gris tomo un descanso, declaro una tregua entre los dos y dejo que se colaran algunos rayos de sol.

Aunque solo sea por hoy.

Es muy agradable disfrutar de ti, de tu compañía sintiéndose sincera.
Sin duelos, sin resentimientos, solo tu y yo.

Ausencia

Debilidad ausente.

El enojo es solo una opción más para seguir
Y acariciar a la distancia.

Sin duda, es necesario quitarle la cáscara al limón
Y dejar que lo amargo se disuelva en sal con agua.

Difícil será romper el tiempo alrededor
Y no caer de nuevo hecho nudo en tus sabanas.

Pero es más difícil aun,
Extrañar tus reflejos y,
Anhelar solo sombras.

Pasado.

Antes de la destrucción.

Todo era calma.
Rebusco en los recuerdos… todo era perfecto.
Tus miradas pausadas,
Las puntas de tus pies heladas buscando por algo de calor.

Antes del caos.

Pude haber portado un aro de metal en el dedo.
Debí haber secado tu nombre y haberlo puesto a mi lado.

Nada fué vasto.

Pretextos faltan y las soluciones siguen inexactas.

¿Cómo fué?

Sin explicación.

Ciento ochenta grados tu espalda viró.

Solo quedé.

Solo estoy.

Aquí

Ni dormido, ni despierto.
Simplemente aquí.

Ni inhalando, ni exhalando.
Preso de lo disfuncional.

Unos centavos en la cartera,
Bastan para comprar un litro de razón.

Los dedos más torcidos que mi cabeza.
En los labios una agridulce sonrisa,
Mientras en las pupilas desfilan todos tus movimientos.

Un paso más y burlare a la suerte,
Una mirada atrás y te encontrare en la eternidad.

Más perdido.

Me ausento del espacio.

Llamadas casi mil, respuestas menos de cero.

Que alguien le cambie la luz roja al semáforo,
Y que me deje en la esquina de la esperanza.

Irónico…

Quien puso mis en la tierra,
Toma devuelta sus semillas y me corta la respiración.

Sin acceso a tu melancolía.

Y con las venas llenas de remedio sabor alcohol.

Viernes.

Aunque estoy mucho mejor, la atmósfera de incredulidad que me hace rueda no se ha separado de mi, no ha desaparecido.

No creo, no quiero y no planeo.

Solo cuestiono.

La ilusión ha muerto.

Simplemente me estoy dejando llevar por el momento.

Fue inútil llevar en mis brazos un alma ajena.

No me arrepiento.

Es solo que a mis ojos ya no los hipnotiza el brillante azul color mirada.

Lunes

Lunes por la mañana.

Los compañeros de trabajo preguntan como estuvo el fin de semana.

Ojos hinchados y aun rojos, labios y garganta seca, anticipan la respuesta mucho antes de que lo pueda hacer yo.

No me fue bien.

No estoy bien.

No del todo.

Pantano.

Inevitablemente.

Se llenaron de sal mis pupilas,
Mientras desaparecen frente a mí las migajas huérfanas de pan.
Y una que otra mirada desconocida.

¿Presión o depresión?

El pantano ha perdido el mal sabor.

Tomaré mi tiempo antes de conseguir un par de alas.

Nada.

Nada me aparta de la distancia.
Voces, miradas, roses de piel,
Son todos lo mismo.
Vacíos, fríos, faltos de vida.
No existe un recuerdo en el que no te presentes.

Nada me acerca a la esperanza.

Nada...

Lunar.

Esta pesando este malestar.
No es necesario perder un poco la cuerda para soltar el humo de cigarro que se desvanece para escapar del deprimente pajar donde te perderás.
Los meses se siguen contando,
Y mi sombra reniega por tanta oscuridad
Y que decir de la sonrisa que aun cosida pierde forma en los labios desde que no estas.

Esta pasando el malestar.
Ya no hace daño respirar puras cenizas.
Quede aquí, lloré, grité y aprendí a mantener firmes las rodillas,
Pero basto un par de piedras y unos zapatos sin suela para volver a tropezar.

Si pudiera bajarle al eco un decibel,
Para que no te repita una y otra vez,
Disolvería en acido tus cartas,
El perfume, los detalles, la tinta de color papel,
Y en lengua extranjera solo tres palabras.
Guardaría para mí un ramo de navajas,
En mi cabeza tus lunares y en la cartera tus muecas falsas.