Friday, June 18, 2004

El Anciano que vive en Mi

Es sábado son las 8.30 AM, desperté Gracias al sonar del “Maldito” Teléfono, regularmente en este día suelo arrancar mi cuerpecillo del colchón hasta ya tarde, vivo solo, tengo 33 años, soltero gracias a la obra de un desgraciado que me había robado al amor de mi vida 2 años atrás, tiempo suficiente para que todo el drama del que fui protagonista este llegando a su final.
Los fines de semana como hoy, regularmente me siento frente al monitor de la reliquia que tengo por computadora, navego por la Internet, busco en salones de Chat, la platica que no tuve en toda la semana con alguien, hablo de mi vida con gente desconocida –al menos muestran mas interés en mi que la que se hace llamar mi familia-
Hace ya vario tiempo que no visito a los pocos amigos que conservo de cuando era joven, creo que se aburrieron de escuchar la historia de siempre, se hartaron de escuchar mi historia.
Nunca tuve hijos, y mi familia se ha olvidado de mi, cada que tengo oportunidad visito a mis sobrinos, con quienes trato de compensar la falta de amor que padezco.
El único placer que aun logro disfrutar es el séptimo arte, así que las salas de cine son el lugar perfecto para perderme –al menos por aproximados 90 minutos- de la vida mediocre que llevo.
En ocasiones voy por las tardes al parque que se encuentra cerca de mi casa, me siento en una banca y reflexiono sobre mi vida mientras alimento a las palomas, siempre que me levanto de aquella banca, estoy convencido de que necesito cambiar mi vida, de que necesito mejorar mi situación, de que necesito volver al mundo del que me he autoexiliado. Siempre me lo propongo, cada vez que voy a aquel parque pienso sobre lo mismo, pero apenas me alejo del lugar las ganas van desapareciendo. Mil pretextos me han impedido cambiar. Será que no quiero cambiar? Será que me gusta la mugre en la que estoy hundido?
No hay pretexto que valga para mi situación, ni tampoco hay razón para que no quiera salir de ella.
Me da miedo pedir ayuda, nunca lo he hecho tal vez por prejuicios, siempre he sido un hombre estúpidamente independiente.
Me he intoxicado lentamente con tanta soledad, he llenado mi alma con basura, con recuerdos, con pensamientos negativos, a veces con odio, otras tantas con autocompasión.
Todos los días pierdo el tiempo. Mientras trabajo, la única cosa que hago en todo el día, es pensar en la hora de salida, y cuando al fin logro salir, lo único que hago es preparar mis cosas para el día siguiente, para ir a trabajar…
Hace 4 años que no salgo de vacaciones, tengo miedo de que el día que lo haga me sienta aun más solo, temo a estar conmigo mismo más tiempo del necesario.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home