Thursday, May 27, 2004

Cronica de Un Amor Estupido

Ante el mundo parecía que tenia la relación perfecta, llevaba ya mucho tiempo con ella, viajábamos, salíamos a los mismos lugares, nuestros gustos eran casi idénticos, hasta reaccionábamos de la misma manera ante algunas situaciones, yo en verdad sentía que había encontrado a la persona de mi vida, cualquiera así lo hubiera pensado, para el resto del mundo eramos una pareja como pocas existian ya…
Al poco tiempo de conocernos nos hicimos novios, la atracción y las cosas en común que existían entre nosotros eran dignas de las grandes parejas de la historia, a veces sentía que ella podía leer mi mente, con tal solo mirarme fijamente a los ojos; todo era perfecto, aunque yo dentro de mi sabia que no podía confiar ciegamente en alguien que apenas conocía de unos meses atrás, lo hice, ese fue mi error.
Tiempo después, aparecieron los primeros problemas, heridas de su pasado no dejaban que nuestra relación creciera, de cierta forma, nuestra relación quedo atrapada en todos sus miedos, que llevaba dentro debido a su relación anterior, yo nunca le pregunte, pero en cierta forma estoy seguro que nunca dejo de amar al hombre que compartió su vida con ella por 4 años, yo trataba de que no me afectara el hecho de que en ocasiones le siguiera llorando, aunque mi orgullo no se cansara de reclamarme por lo tonto que estaba actuando; pero lo hice aun lado, nuevamente estaba cometiendo un error.
Tiempo después, le propuse que viviéramos juntos, ella acepto, la prueba de fuego estaba ante las puertas de nuestra vida, al principio todo iba bien, salvo pequeñas discusiones a las que creo, la mayoría de las parejas se enfrenta al iniciar a convivir como esposos.
Con el tiempo fuimos superando sus miedos, y todo fue tomando su lugar.
Ella trabajaba unas cuantas horas en las mañanas, tenia toda la tarde libre, por lo que en ocasiones salía a divertirse con compañeros del lugar donde laboraba; yo por mi parte tenia un trabajo por las mañanas y estudiaba el 7mo semestre de una carrera de la cual prefiero ni mencionar su nombre.
Una noche, Graciela me llamo por teléfono yo aun me encontraba en la universidad, -dijo: Salvador, necesito hablar contigo de algo muy serio, por favor, quiero que vengas a casa ya-; yo sin pensarlo dos veces, tome mis cuadernos y Salí del salón de clases, cuando llegue a casa la luz estaba apagada, abrí la puerta y solo la claridad de las luces de fuera se colaban por la ventana de la sala de la que era mi casa, ahí estaba sentada; Graciela, que sucedió? porque no pudiste decirme nada por teléfono? -Pregunte- al parecer habían sido demasiadas cuestiones porque no conseguí respuesta a ninguna de ellas, al menos no de momento, me senté a su lado y le pregunte nuevamente que estaba sucediendo, y solo contesto- Salvador, no se que vaya a pasar entre nosotros después de esta noche, solo quiero que sepas, que cualquiera que sea tu decisión la respetare; Mi cerebro no lograba ligar la respuesta que había tenido de Graciela con la pregunta que yo había hecho anteriormente, -Porque habría yo de dejarla?, Que seria tan grave como para hacerlo?- quise suavizar la platica, para dejar a un lado la tensión que existía entre nosotros en ese momento, le comente que la amaba mucho y que no quería que nada nos separara; la tome de las manos y la mire directamente a los ojos, y le pregunte nuevamente sobre lo que estaba sucediendo. No pudo mantener la mirada, se agacho y dijo: - Salvador, te he fallado! El día de hoy estuve a punto de engañarte con otro hombre!! –Yo no quise alterarme ni tampoco prejuzgar antes de conocer la situación, por unos momentos me disfracé de hombre maduro y preferí preguntar como sucedieron las cosas, Comento que todo comenzó como una de sus salidas normales con sus amigos, esta vez visitarían la casa de uno de ellos donde harían una típica y habitual carne asada, hasta este punto nada estaba fuera de lo común, donde comenzó todo fue cuando empezó a hablar de el tipejo que desde días supuestamente la “acosaba” con miradas muy directas, o que se esmeraba en atenciones mientras comían en la sala de juntas de su trabajo. Graciela siguió con su relato, donde detallo como las personas que habían ido al supuesto convivió fueron desapareciendo hasta que quedo ella sola con el tipejo -del cual prefiero ni acordarme de su nombre pero por cortesía lo llamare: Daniel- También detallo las platicas que fueron teniendo hasta que comenzaron primero a tomarse de las manos y después a besarse: Yo mientras tanto sentía como rápidamente el disfraz de hombre maduro iba cayendo de mi piel, -estaba enfurecido!; Le grite que ya no quería saber mas y que por favor se fuera de mi casa, de mi vida y que si aun le quedaba algo de decencia, me devolviera mi corazón!
Ella salio de mi casa, no sin antes decir que me amaba y que lo sentía; Yo me quede llorando como un niño en la oscuridad de aquella casa, la maldije y maldije al gusano que se había metido en nuestras vidas, así estuve hasta altas horas de la noche, creo que llore hasta quedarme dormido, (como cuando era niño y mama me castigaba injustamente por las travesuras de mi hermano, solo que esta vez quien me estaba castigando era mi propia vida) a la mañana siguiente me levante y decidí sacudirme el polvo, seguir mi vida como si nada hubiera pasado, (Que Estupido fui al pensar esto), poco a poco fui cayendo en situaciones que solo hubieran podido suceder con ella, aun recuerdo la noche que caminamos bajo la lluvia y que ella me decía al oído lo segura que se sentía conmigo, o la vez que le propuse que viviera conmigo en el restaurante de la esquina, el coraje en el que estaba inmerso la noche anterior se fue diluyendo hasta transformarse solo en un crudo sentimiento de soledad que no me dejaba en ningún momento.
Desde mi oficina, tome el teléfono y marque a mi mejor amiga quería desahogarme; Pilar era mi mejor opción, hable con ella, le comente lo que estaba sucediendo, necesitaba un consejo, no dude en dejar mi trabajo e irme a charlar con ella. Pilar me escucho por horas, me vio llorar, (comento que no me había visto llorar así desde que había ocurrido el terrible accidente de mis padres), por la tarde lleve a Pilar a su casa, me dijo que si amaba tanto a Graciela como para olvidar lo que había pasado, entonces la buscara, pero que si no, no lo hiciera porque condenaría a ella y a mi a la intranquilidad de la duda y la desconfianza, que sabias fueron sus palabras… debí haberlas tomado mas en serio.
La noche cayo y yo caí con ella, me dirigí a casa, la puerta estaba entre abierta, ahí estaba ella tomando sus cosas, era la escena mas triste, pero al mismo tiempo enternecedora que mis ojos habían presenciado, no pude mas! La tome de las manos y la mire fijamente a sus ojos y le pregunte si me amaba y si aun quería continuar la historia que habíamos dejado en puntos suspensivos el dia anterior, me respondió con un beso y ya no la deje empacar ni una sola cosa mas. Esa noche platicamos mucho, hablamos nuevamente de nosotros, hicimos planes juntos, recuerdo que toda esa noche la abrace, como se abraza un alcohólico a su vicio; y no la solté hasta la mañana siguiente. Si esta hubiera sido una historia de Walt Disney este deberia de haber sido su final feliz, pero no fue asi.
Había hecho lo correcto? De verdad quería eso? La amaba tanto? Estará primero el amor que el orgullo? Esas preguntas rodaban mi cabeza días después; yo sabia que solo el tiempo me diría si esto era verdad o mentira, no soy de los que se da por vencido a la primera, así que decidí que era bueno intentarlo nuevamente.
Pasaron los meses, al parecer la sombra de lo ocurrido anteriormente se había disuelto, como se diluyen los cúmulos de nieve a la luz del sol. Vivimos tranquilamente durante ese tiempo, mi corazon me decia que algo andaba mal, pero como de costumbre, no le hice caso alguno.
Hoy soy yo, el que esta empacando sus cosas, pasaron 2 años desde aquel incidente, nuestra relación se apago, la rutina se nos hizo costumbre, el amor se diluyo como azúcar en el café, vivimos diferentes vidas bajo un mismo techo, hace días que descubrí que durante todo este tiempo, Graciela no dejo de ver al tal Daniel, siguió engañándome durante dos años, me duele mucho, pero me hubiera gustado que me hubiese dolido mas, por que esto solo me demostro que ya no la amo...

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