Thursday, June 24, 2004

La Historia del Chubby

Hace unos días, me puse a escarbar en una caja de zapatos en la que guardo aquellos detalles o papeles que para mi son importantes, no por su valor monetario sino por su peso en recuerdos. Buscaba por un papel que tenía el número de teléfono de una vieja amiga de la preparatoria, necesitaba hacerle una llamada. Ya antes había buscado por todos los lugares, pero no había logrado dar con el dichoso papel.

Estaba todo revuelto, había tarjetas de cumpleaños, rosas, dulces que me regalaron, boletos de entradas para el cine, hasta encontré boletos del camión que suman 21, y que guarde avariciosamente en mi adolescencia para el día que los cambiara por un beso a la persona que me gustaba en la secundaria, pero que nunca me atreví a hacerlo.

Esta simple caja de zapatos estaba tan llena de memorias, ahí pude encontrar la primera carta de amor que recibí de alguien o los boletos de entrada de la primera vez que visite Six Flags hace más de 9 años.

Eran tantas cosas, tantos recuerdos, que me invadió la melancolía por aquellos días.

Lo que al principio era una búsqueda desesperada de un número de teléfono se convirtió en una búsqueda desesperada de mi pasado.

Creo que lo que hay dentro de esa caja contiene exactamente los momentos más importantes de mi vida, los momentos que mas se han acercado a la descripción de felicidad que hay en un diccionario.

Revolviendo recuerdos, tarjetas y detallitos que hay dentro de esa caja, me encontré con una foto que debí de haber quemado hace mucho tiempo, pero que por temor guardo en el lugar más escondido de esta cajita.

De hecho es una de las 3 únicas fotos que guardo de mi adolescencia. Las otras dos se encuentran en manos de mi padre y madre.

Al ver esta foto no lo podía creer, era yo, vestido con un disfraz de grasa de 120 Kg.! Tenia 15 años, desde niño había sido un bodoque, gracias a esto pase también momentos muy desagradables, discriminación, era el gordito tierno que nunca le haría daño a nadie, pero que todo mundo lastimaba con sus burlas y comentarios acerca de mi peso.

Creo que fue gracias a esto que mi carácter se torno introvertido, siempre debía poner una barrera con la gente que me rodeaba, para que no me hirieran.

Los años pasaron y las tallas de ropa seguían aumentando, comer se había convertido en un circulo vicioso, comía para compensar la falta de atención de los demás o por simple ansiedad, pero esto hacia que ganara mas peso y que aumentaran las burlas de la gente. Mis papas siempre me decían que me pusiera a dieta, pero cuando se trataba de la hora de la comida querían que fuera el primero en estar en la mesa.

A los 16 años decidí ponerle fin a todo esto, me puse como meta bajar de peso, quería cambiar mis hábitos, queria dejar de ser el niño al que escogian al ultimo en los partidos de futbol, porque en todo el partido no haria nada mas que estorbar. Sabia que perder medidas me haría sentirme mejor y aumentar mi ya muy cacheteada autoestima. Era la primera vez que hacia algo por mi verdaderamente importante.

En mayo del 1999 comencé una dieta muy estricta, no era la primera vez que intentaba hacer una, pero si la primera en que estaba convencido al 100% de hacerla. Al principio todo se te hacia un martirio, el estomago rugia literalmente de hambre, parecía que Godzilla había hecho de mi estomago su casa. En las primeras semanas, como era de pensarse ,no hubo ningún cambio notable, es una situacion desesperante pero pues ya me lo habia propuesto asi que seguí.

Los meses pasaron y para Navidad ya había perdido 20 Kg., estaba muy feliz, se empezaba a notar!

Todo mundo, pensaba que estaba enfermo, no creian que tuviera la fuerza de voluntad suficiente como para bajar de peso por mi cuenta.

Al final logre bajar casi 100 lbs. Las libras de grasa que perdi se conviertieron en peso de autoestima, mi ego se fue por los cielos. Me quemaban las ganas de salir a la calle, de que la gente viera que ya no era más el tambo que ellos habían conocido.

Pero pasó el tiempo y no me acostumbraba a ser delgado. El trauma seguí ahí, no se redujo como le paso a la grasa que me daba la figura esférica de antes, aunque ahora canalizo mi ansiedad en otras cosas, de vez en cuando el gordo que vivió en mi por mas de 15 años se manifiesta, a veces con deseos de vaciar el refrigerador de mi casa a media noche, otras tantas, con ganas de asaltar uno de esos bufetes de comida china que existen y, la mayoria de las veces con querer invadir mi estomago con chocolates.

Ahora solo miro aquella deprimente foto, cuando empiezo a subir de peso, ahora solo observo esa foto como el recuerdo de lo que no quiero volver a ser otra vez más.

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