Friday, June 25, 2004

El Solitario Niño de la Silla de Ruedas

Cerebro es un niño que vive a escasas 2 casas de la mía y del cual aun no se su nombre. Cada tarde Cerebro sale a la calle, mejor dicho lo sacan a la calle porque por el solo le seria imposible, el no puede caminar por alguna extraña enfermedad, nunca me he atrevido a preguntarle que le sucedió.

Hace dos años que conozco de vista a Cerebro, tiene unos escasos 8 años. No va a la escuela, su vida transcurre mientras se encuentra esclavo a su sillita de ruedas color negro. Al parecer es muy serio, porque solo se le escucha hablar cuando se trata de dirigir algún partido de fútbol, o cuando se trata de desarrollar y controlar alguna travesura.

Así es, el que parece ser un indefenso niño en silla de ruedas es el que trae literalmente en jaque a todos los niños del vecindario.

Bajo sus ordenes se encuentran todos los niños mas pequeños que el, que son quienes son sus fieles seguidores y que cumplen al pie de la letra cada una de sus instrucciones.

Cerebro tiene rivalidad con los niños que son mayores que el, porque ya no lo obedecen, así que muy a menudo debe de que traer guardaespaldas para no ser atacado por los “Grandotes”.

A la mama de Cerebro, parece muy poco importarle como se encuentre su hijo, siempre es la ultima en enterarse de lo que le pasa. En repetidas ocasiones lo he visto con sus ojitos morados, por los golpes que ya le han propinado los “grandotes”. Pero el sigue al pie del cañón o mejor dicho al pie de su silla de ruedas, siempre en ideando nuevos planes de contra ataque. Casi nunca le he visto triste, pero también son escasas las veces que lo he visto sonreír; mejor dicho, a Cerebro siempre se le ve pensativo y con coraje en la mirada. Coraje que solo se le ve a un verdadero líder, como solo se le ve a los grandes dictadores que ha tenido la historia.

En una ocasión, yo regresaba del trabajo, recuerdo que yo me dirigía muy  apresurado (porque no había comido y los jugos gástricos estaban digiriendo una de las ya muy agujereadas capas de piel de mi estomago), así que iba casi corriendo en busca de algo que comer, cuando de repente pase por un carro que estaba estacionado, creo que de lo rápido que iba no vi mas que un bulto sobre el pavimento, pensé que era un perro acostado, tuve que voltear mi cabeza hacia atrás para cerciorarme, y cuando lo hice era Cerebro! Ahí estaba tiradito el pobre! Tratando inútilmente de levantarse, yo retrocedí y lo levante rápidamente, le pregunte que si estaba bien, a lo que respondió con un muy seco Si! Le pregunte que si se había golpeado su cabecita, y me respondió que estaba bien, de repente salio de no se donde la mama de el. Quien de inmediato se hizo la victima y pensó que yo había aventado a Cerebro, a lo que solo conteste: Si usted hubiera estado aquí cuidando de su hijo, sabría que fue lo que paso! Me di la vuelta y me despedí de Cerebro, quien me agradeció con la mirada lo que había hecho por el. Esta ha sido la unica ocasion en que he visto que en la mirada de Cerebro hay algo mas que coraje y resentimiento.

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