El Cumpleaños

Es día 6 de Julio 4:02 AM, desperté por el sonar del teléfono, en cuanto lo levante pude advertir la voz de mi madre exclamando un -feliz cumpleaños!- con mucha emoción y energía, esta ha sido la primera vez en toda mi vida que mi mama hace algo parecido por mi. Su temperamento es algo rudo, por lo que le cuesta algo de trabajo expresar lo que siente.
Colgué y volví a la cama. Era demasiado temprano para prender la televisión y demasiado tarde como para estar despierto.
6:30 AM, abro los ojos por el diabólico vibrar de la alarma. Pongo un pie fuera de la cama, mientras hago a la idea al resto del cuerpo de que es hora de levantarse. Voy al baño me asomo en el espejo para felicitarme por mis recién cumplidos 21 años, para después, lavarme la cara como lo hago habitualmente. Mientras tallaba aquel jabón exfoliante por la superficie de mi muy maltratado rostro, de repente sin así quererlo, como si fuera la cinta de alguna película mal editada, comenzaron a pasar cada uno de los momentos que fueron memorables desde el cumpleaños anterior, y que se merecían volver a revivirlos, desde:

1. Conocer a una persona muy especial para mí, tan solo 4 días antes de tener 20 años.
2. Haber sido asaltado en la playa,
3. Estar por primera vez en una celda –por cometer el delito de no dar la clásica “mordida” al oficial de transito- ,
4. Renunciar al empleo donde casi ya cumplía 3 años,
5. Tener desde momentos muy especiales como también muy desagradables con la persona del punto 1.
6. Aprender a ahorrar, y saber lo que es no traer un peso en la cartera.
7. Reconocer que una persona no es totalmente independiente hasta que no deja la casa de sus padres.
8. Enterrar a dos personas. Y vivir de cerca como el dolor se puede comer a una familia en un caso de estos.
9. Conseguir un empleo bien pagado por cuenta propia, sin necesidad de “palancas”.
10. Y recientemente, comprendí que tener expectativas es un arma de doble filo.

Todo estos recuerdos se activaron en mi memoria por cuestión de unos cuantos minutos, después me di cuenta de que era hora de dirigirme a trabajar, donde mis compañeros tenían ya listo el tradicional pastel de cumpleaños, del que yo entregue sus rebanadas a cambio de un abrazo.
En el transcurso del día, las llamadas de mis amigos comenzaron con motivo de felicitarme. Este año fue algo extraño, porque si esto fuera un reporte financiero comparativo, diría que tuve una alza en llamadas de felicitación recibidas de un 300% con respecto mismo día del año anterior.
Muchas Gracias a quienes se acordaron y felicitaron a este cabezón aunque sea por compromiso, pero de cualquier manera se agradece